L'escapadeta
Una ruta imprescindible en Cataluña para este verano: termina en una cueva que parece sacada de Jurassic Park

Hay caminos que empiezan como cualquier otro: un sendero discreto, un bosque espeso, la sombra de una montaña. Pero a medida que avanzas, te das cuenta de que este no es un recorrido cualquiera. Hay algo más. Una promesa oculta detrás de cada curva, un secreto de piedra y agua esperando ser descubierto.

El camino empieza discreto, pero esconde una joya natural

En el corazón de Cataluña, entre montañas poco transitadas y paisajes que parecen intactos, se esconde un recorrido que no suele aparecer en las guías habituales. Esta ruta no solo ofrece naturaleza, silencio y aire puro, sino también una sorpresa final que deja sin palabras.

La caminata comienza cerca de una masía aislada, en un entorno que ya anticipa la aventura. El sonido constante del agua, la presencia de árboles centenarios y la ausencia de tráfico te ponen en sintonía con el entorno desde el primer momento.

Ruta al Pont de Cabradís
Ruta al Pont de Cabradís

Subidas suaves, senderos y alguna pasarela

El recorrido, de unos 14 kilómetros circulares, se va abriendo entre escaleras de madera, tramos equipados con cadenas y puentes metálicos. Es una ruta apta para senderistas con un poco de experiencia, pero sin pasos especialmente técnicos. Las indicaciones son claras y el camino, aunque salvaje, está señalizado.

Durante la primera mitad, el río Aigua de Valls acompaña a la derecha. Su sonido fresco y constante se convierte en compañía. En cada revuelta, la naturaleza te regala una nueva imagen: acantilados verticales, árboles que se abren paso entre la roca y estanques escondidos.

Una pausa para mirar atrás

A mitad de camino, es inevitable detenerse, respirar y observar cómo de lejos ha quedado el punto de inicio. Es entonces cuando entiendes que esta ruta no solo te lleva a un lugar físico, sino también a una conexión profunda con el entorno. Y justo aquí comienza la parte más fascinante.

El Pont Cabradís: una cueva con alma de película

Tras un último tramo empinado, el escenario cambia radicalmente. Ante ti, se abre una cavidad natural impresionante: un túnel esculpido por el agua, rodeado de musgo, rocas y vegetación exuberante. Es el Pont Cabradís, una formación de 50 metros de largo por donde el agua se abre paso como si atravesara el interior de una montaña.

El silencio aquí es espeso. Solo se oye el goteo constante, el paso del arroyo y, de vez en cuando, el grito de un pájaro. En días calurosos, una pequeña poza invita a refrescarse los pies, aunque la temperatura del agua frena a los más valientes.

Muchos excursionistas coinciden en la misma sensación: parece el escenario de una película de aventuras, de esas donde esperas encontrar un dinosaurio tras la roca. La atmósfera es tan auténtica, tan salvaje, que olvidas por completo la proximidad con la civilización.

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El regreso con vista privilegiada

Después del Pont, la ruta continúa por la ladera contraria del río. El paisaje se hace más abierto y las vistas se amplían. Pasas por el mirador dels Cints, los restos de la masía de la Torre de la Corriu y otros puntos que invitan a parar y fotografiar. Es una parte más pausada, ideal para saborear la ruta.

El recorrido total suma unas cuatro horas y diez minutos, con un desnivel de unos 550 metros. No es un reto excesivo, pero conviene llevar calzado adecuado, agua abundante y protección solar, especialmente en los meses más cálidos.

Aislamiento, silencio y un valle poco conocido

Situada entre el Solsonès y el Berguedà, esta ruta te hace descubrir la Vall de Lord, una de las zonas menos transitadas y más auténticas del interior de Cataluña. Aquí no hay multitudes, ni grandes carteles, ni colas. Hay calma. Y eso, en pleno verano, es un regalo.

Si tienes tiempo y ganas de completar la escapada, Sant Llorenç de Morunys es una excelente base. Un pueblo encantador, con alojamientos rurales y restaurantes donde recuperar fuerzas.

Patrimonio natural y descubrimiento personal

El Pont Cabradís está incluido dentro de los itinerarios del Espai Natural Protegit de la Serra del Verd, y documentado por iniciativas como el Palau Robert o Wikiloc. Es un testimonio claro de cómo el agua y el tiempo pueden crear maravillas insospechadas.

Más allá de su valor geológico, esta ruta ofrece una experiencia transformadora: te conecta con la naturaleza, te aleja del ruido y te invita a mirar el paisaje con otros ojos.

Un final que vale el inicio

No todas las aventuras tienen un gran final. Esta sí. Si este verano te apetece descubrir un lugar que combina belleza, silencio y un poco de emoción, guarda este nombre: Pont Cabradís.

El paraje es realmente espectacular, pero hay que tener en cuenta que no es una ruta para todos. El camino es estrecho y presenta varios tramos complicados con cuerdas, cadenas y pasos de barranquismo que requieren habilidad y precaución. Es muy importante tener cuidado, llevar calzado adecuado y evitar hacer la ruta con niños pequeños. Si tienes experiencia en senderismo, la disfrutarás mucho más y con seguridad.

Y recuerda llevar la cámara. Pero sobre todo, lleva ganas de sorprenderte. Porque este trocito de Cataluña no solo se ha de caminar. Se ha de vivir.

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