En zonas como el Pirineo catalán o la Sierra de Aracena ya se ven los primeros brotes. La combinación de humedad y calor moderado ha creado un escenario ideal para la aparición de especies preciadas como el hongo, el níscalo o el huevo de rey.
Señales tempranas: primeros brotes y condiciones favorables
La temporada ha comenzado con semanas de ventaja respecto a otros años. En cotas altas del Pirineo, ya desde finales de julio se reportaban ejemplares tempranos. “Todo apunta a una campaña muy buena o incluso excelente”, afirma Juan Martínez de Aragón, investigador del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC).
En Andalucía, aunque el inicio suele ser un poco más tardío, las lluvias de finales de agosto y principios de septiembre han activado el ciclo micológico. Las zonas de la Sierra Norte de Sevilla, la Sierra de Aracena y partes de la Alpujarra granadina ya muestran signos claros de fructificación.
Seteros habituales, como María Gómez, vecina de Cortegana (Huelva), aseguran no haber visto un inicio así “desde hace al menos cinco años”. Los mercados locales comienzan a recibir los primeros ejemplares, y se respira entusiasmo entre aficionados y profesionales.
El clima como factor clave: lluvias, temperaturas y humedad
La clave de este inicio prometedor es la meteorología. El año hidrometeorológico 2024‑2025 comenzó con lluvias repartidas y temperaturas moderadas, factores fundamentales para la aparición de setas.
“Septiembre ha sido especialmente generoso en humedad en el norte y el oeste peninsular. Si se mantiene esta tendencia, tendremos un otoño de oro para los micólogos”, explican desde la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Lo más importante, advierten, es que no se produzcan golpes de calor repentinos ni períodos prolongados de sequía. En años anteriores, a pesar de buenas previsiones iniciales, un aumento brusco de las temperaturas frenó en seco la fructificación. Este año, sin embargo, la estabilidad parece acompañar.
Las especies que prometen más: hongos, níscalos, huevos de rey, etc.
Entre las especies más esperadas hay clásicos como el boletus edulis (hongo), los níscalos (lactarius deliciosus), los huevos de rey (amanita caesarea), y en zonas concretas, las trompetas de la muerte o los rebozuelos.
Los expertos recuerdan que cada especie necesita condiciones específicas de altitud, vegetación y humedad. Por eso, recomiendan respetar los ciclos y recoger solo ejemplares bien desarrollados y correctamente identificados.
Además del valor gastronómico, muchos hongos tienen funciones ecológicas clave, como la simbiosis con los árboles o la descomposición de materia orgánica. “Tomar solo lo que se va a consumir y dejar el resto es una norma básica del buen setero”, subraya el micólogo andaluz Francisco J. Camacho.
Precauciones y normativa: qué hay que tener en cuenta al recoger
La fiebre por las setas, aunque comprensible, debe ir acompañada de respeto por la naturaleza y un mínimo conocimiento. Cada año se producen intoxicaciones por confusión entre especies comestibles y tóxicas.
En muchas comunidades autónomas existen normativas específicas: permisos de recolección, límites diarios (generalmente entre 3 y 5 kg), y prohibiciones de remover el suelo o dañar los micelios. En Andalucía, por ejemplo, la Junta recuerda que debe evitarse el uso de bolsas de plástico, ya que impiden la dispersión de las esporas.
También se insiste en la necesidad de llevar cestas aireadas, navajas adecuadas y, sobre todo, consultar expertos en caso de duda. La micología es una ciencia compleja, y la identificación requiere experiencia y responsabilidad.
Un otoño para salir con los cinco sentidos
Con todo, este 2025 apunta a ser uno de esos años que los aficionados recordarán. La naturaleza ofrece un regalo que une gastronomía, paseo, aprendizaje y conexión con el entorno. Pero para disfrutarlo plenamente, es necesario actuar con respeto, cuidado y atención.
¿Estás preparado para adentrarte en el bosque?
Recuerda que cada seta recogida lleva consigo años de equilibrio ecológico, humedad acumulada y crecimiento silencioso. Si sales al bosque, hazlo con los ojos abiertos, el corazón tranquilo y la mochila a punto… pero también con conciencia. ¿Y tú, ya has encontrado tu primer hongo?