L'escapadeta
Si quieres visitar el Puente del Diablo de Tarragona, aprovecha antes de que se limite: se imponen las primeras restricciones

El Parque Ecohistórico del Puente del Diablo, una de las joyas arquitectónicas de la antigua Tárraco, entra en una fase de protección activa después de años de turismo descontrolado. Nuevos itinerarios oficiales, cierre de caminos y limitaciones al tráfico motorizado ya están en marcha. El objetivo es claro: preservar el terreno y restaurar el equilibrio ecológico de la zona.

Un patrimonio romano en peligro natural

Construido en el siglo I d.C., el Puente del Diablo (o Acueducto de las Ferreres) es uno de los vestigios más emblemáticos de la antigua ciudad romana de Tárraco. Con sus 217 metros de largo y hasta 27 metros de altura, era parte esencial del sistema que abastecía de agua la ciudad desde el río Francolí.

Hoy en día, está rodeado por un parque natural lleno de pinos, senderos y fauna local. El monumento atrae a miles de visitantes cada año, tanto turistas como habitantes de la zona. Muchos aprovechan los fines de semana para recorrerlo a pie, cruzarlo por arriba o simplemente disfrutar del entorno forestal.

Sin embargo, este uso constante —a menudo sin control— ha comenzado a dejar huella. La erosión del terreno, el desgaste de los caminos y la proliferación de senderos improvisados han puesto en alerta a técnicos ambientales y al Ayuntamiento de Tarragona.

Qué está cambiando en el acceso al Puente del Diablo

Para evitar un deterioro irreversible, ya se están aplicando diversas medidas dentro del plan de conservación del Parque Ecohistórico. Estas son algunas de las primeras actuaciones que ya están en marcha:

1. Itinerarios únicos y señalizados. Se han definido dos recorridos oficiales: uno que lleva hasta el pie del acueducto y otro que permite cruzarlo por arriba. Los visitantes deberán seguir estas rutas y evitar caminos improvisados.

2. Cierre de caminos no autorizados. Muchos senderos secundarios creados por el paso constante de personas serán clausurados porque generan una presión excesiva sobre el entorno natural.

3. Instalación de barandas y señalización. En puntos considerados peligrosos o sensibles a la erosión se están colocando barandas y paneles informativos para proteger tanto a los visitantes como al espacio.

4. Restricción del acceso motorizado. Ya se ha cerrado el paso de vehículos al interior del parque, excepto para servicios de emergencia o propietarios con acceso legítimo.

5. Renaturalización progresiva. En las zonas más afectadas por la erosión se están llevando a cabo trabajos de recuperación forestal, incluyendo la plantación de especies autóctonas y la consolidación de los taludes.

El Pont del Diable de Tarragona afronta un nou repte.

Cómo visitarlo antes de que sea más limitado

Si estás pensando en visitar el Puente del Diablo próximamente, es un buen momento para hacerlo. Aunque las restricciones ya han comenzado, aún se puede acceder por diversas rutas señalizadas que se mantienen abiertas y en buen estado.

Algunos consejos útiles:

– Utiliza las rutas oficiales: Una de las más conocidas comienza en el Parque del Francolí y sigue el río hasta el acueducto. También hay una ruta circular desde Constantí que incluye la Barraca de Piedra Seca.

– Evita los caminos no marcados: Muchos están siendo cerrados y pueden tener tramos inestables.

– No intentes acceder en coche: La entrada motorizada está restringida. Aparca en zonas habilitadas y continúa a pie.

– Consulta mapas actualizados: Plataformas como Komoot, Wikiloc o AllTrails ofrecen rutas recientes y fiables.

– Lleva calzado adecuado: Algunos tramos pueden tener rocas o desniveles.

– Lleva agua y respeta la señalización: No hay servicios dentro del parque, así que hay que ir preparado.

Caminar sobre un acueducto romano y disfrutar de las vistas del bosque mediterráneo aún es posible, pero cada vez con más normas y límites.

El futuro del entorno: entre la conservación y el uso turístico

El Puente del Diablo no es solo un patrimonio histórico, sino también un recurso natural y cultural que debe protegerse. Desde el Ayuntamiento de Tarragona se insiste en que estas medidas no quieren restringir el disfrute público, sino garantizar su supervivencia.

Vecinos, excursionistas y colectivos ecologistas tienen opiniones diversas: algunos celebran la decisión de limitar el acceso para preservar el entorno; otros temen que demasiada regulación aleje a los visitantes.

En todo caso, el futuro de este monumento dependerá del equilibrio entre la conservación y el uso responsable. Convertirlo en un ejemplo de turismo sostenible es el gran reto.

El acueducto no se va, pero el acceso sí que puede cambiar

El Puente del Diablo ha sobrevivido más de dos mil años. ¿Será el turismo masivo una nueva amenaza… o su aliado para continuar en pie?

Si ya lo has visitado, comparte tu experiencia. Si aún no lo conoces, quizá este sea el mejor momento para hacerlo, antes de que el acceso cambie para siempre.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa