L'escapadeta
Las siete maravillas naturales de la península Ibérica para visitar en octubre

La naturaleza se transforma y regala paisajes únicos solo visibles en esta estación.
Estas siete maravillas naturales ofrecen rutas, bosques y vistas que parecen sacadas de un sueño.

Desde Galicia hasta Castilla y León, pasando por Navarra o Cantabria, el otoño revela rincones que combinan biodiversidad, silencio y espectáculo visual.
En octubre, estas maravillas naturales alcanzan su esplendor gracias a la luz tenue, la caída de las hojas y las migraciones animales.

Tejeda de Tosande: un bosque de tejos milenarios

En la Montaña Palentina, dentro del parque natural homónimo, se esconde uno de los bosques más singulares de la península: la Tejeda de Tosande. Este enclave guarda cerca de 800 ejemplares de tejos centenarios y milenarios que crecen entre musgo, helechos y roca caliza.

En octubre, la humedad del ambiente y la luz filtrada entre ramas generan un efecto visual casi místico. Es una ruta poco masificada, ideal para quien busca conectar con una naturaleza densa y silenciosa.

Los senderos están señalizados y no presentan gran dificultad, aunque el entorno invita a caminar con calma y respeto. Cada árbol parece contar su propia historia si se le escucha con atención.

Braña de los Tejos
Braña de los Tejos

Braña de los Tejos: el balcón natural de Liébana

A más de 1.400 metros de altitud, sobre el valle de Liébana (Cantabria), se alza una de las panorámicas más privilegiadas del norte peninsular: la Braña de los Tejos. Allí, antiguos ejemplares de tejo se asientan como centinelas en un claro abierto, vigilando el horizonte donde se dibujan los Picos de Europa.

La caminata hasta este paraje exige un esfuerzo notable —unos 16 kilómetros con desnivel—, pero la recompensa visual lo compensa con creces. Octubre añade al recorrido un colorido fascinante, entre el verde perenne de los tejos y los tonos otoñales del roble cercano.

Es un lugar poco conocido, lo que garantiza una experiencia casi íntima con el paisaje. A menudo, el viento es el único sonido que acompaña.

Selva de Irati
Selva de Irati

Selva de Irati: el otoño en su máxima expresión

El hayedo-abetal de Irati, en Navarra, es uno de los bosques más extensos y bien conservados de Europa. En esta época, su transformación es tan radical como bella: hojas que pasan del verde al rojo, caminos cubiertos por alfombras naturales y una atmósfera húmeda que potencia los aromas del bosque.

Irati es ideal para senderistas de todos los niveles. Hay rutas cortas, accesibles y perfectamente señalizadas. También es uno de los destinos preferidos para los fotógrafos de paisaje: cada recodo es un encuadre de postal.

Además, el silencio en Irati es sonoro. Caminando entre árboles centenarios, es fácil entender por qué ha sido fuente de inspiración para escritores, pintores y naturalistas.

Tejera Negra
Tejera Negra

Tejera Negra: el hayedo más al sur

Situado en la provincia de Guadalajara, el Hayedo de Tejera Negra sorprende por su ubicación: es uno de los hayedos más meridionales de Europa. Su existencia es posible gracias a un microclima específico que permite el crecimiento de estas especies en latitudes inusuales.

Octubre es su mes estrella. Las hojas se tiñen de naranja y dorado, creando un contraste perfecto con el cielo claro de la Sierra Norte. Las rutas más conocidas son la Senda del Robledal y la Senda de Carretas, ambas aptas para caminantes poco experimentados.

La entrada al parque está regulada, por lo que conviene reservar con antelación. Esto ayuda a conservar el entorno y garantiza una visita tranquila.

Marses de Santoña
Marismas de Santoña

Marismas de Santoña: ornitología en acción

El Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel (Cantabria) es uno de los humedales más importantes del norte peninsular. En octubre, se convierte en un punto clave para las aves migratorias que hacen escala en su viaje hacia África.

Espátulas, garzas reales, zarapitos y cientos de otras especies se dejan ver entre juncos, canales y estuarios. Hay observatorios repartidos por el parque, así como rutas señalizadas para caminar sin molestar a la fauna.

Además del valor ecológico, el paisaje es precioso en esta época: los reflejos del cielo en las aguas calmas crean un juego cromático que cambia cada hora.

Cabañeros
Cabañeros

Cabañeros: la berrea entre encinas doradas

El Parque Nacional de Cabañeros, entre Toledo y Ciudad Real, cobra vida en otoño con uno de los fenómenos más impactantes del bosque mediterráneo: la berrea. Los ciervos machos braman con fuerza para atraer a las hembras, en un espectáculo natural difícil de olvidar.

Pero no solo destaca la fauna. Las rañas, esas llanuras de pasto salpicadas de encinas y alcornoques, se tornan doradas. La luz suave del otoño resalta texturas y sombras que en verano pasan desapercibidas.

Hay rutas a pie y también en vehículo todoterreno, guiadas por expertos. La sensación de inmersión es total.

ena Corneira
Pena Corneira

Pena Corneira: rocas, musgo y niebla gallega

En el corazón de Galicia, la sierra granítica de Pena Corneira se alza con formaciones rocosas que parecen esculpidas a mano. Declarada Monumento Natural, esta zona es perfecta para una escapada en días nublados, cuando la niebla acentúa su carácter misterioso.

Las rutas son suaves y bien marcadas, ideales para caminatas en familia. En octubre, el musgo brilla con la humedad y los líquenes pintan de gris verdoso las piedras milenarias.

Además de la riqueza paisajística, la zona está rodeada de pequeños pueblos donde aún se conservan tradiciones rurales. Un paseo por aquí es también un viaje en el tiempo.

Cuando el bosque habla: octubre en estado puro

En estas siete maravillas naturales, octubre no es solo un mes: es una experiencia sensorial.
Desde el crujir de las hojas secas bajo los pies hasta el eco lejano de una berrea, todo invita a detenerse, respirar y mirar con atención.

¿Cuál visitarías primero?
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