Cuando deseas desconectar, a menudo lo mejor no es ir lejos, sino mirar más allá de lo obvio. Hay momentos en que unos minutos de silencio y una mirada fija en el agua pueden cambiarte el día. Sin multitudes, con paso tranquilo y la sensación de encontrar algo realmente especial.
El bosque que murmura
No todo el mundo lo sabe, pero hay lugares donde el agua no solo cae: brota desde entre las hojas. Esta cascada nace de un entorno tan verde y espeso que parece más magia que geografía. El camino ya es un regalo: ruidos de ramas, pájaros matutinos y el intenso olor de tierra húmeda.
Cuando el agua parece salir de los árboles
Parece que el agua emerge del cielo, como si la naturaleza hubiera improvisado una fuente entre los árboles. El Gorg del Molí dels Murris, en Les Planes d’Hostoles, no es solo un nombre poético: es una auténtica joya de agua viva que invita a quitarte los zapatos y olvidar el reloj.
Historias de agua y molino
Este lugar no siempre ha sido solo un rincón para bañarse. En el siglo XIII, un molino harinero aprovechaba la fuerza del arroyo para moler grano. Hoy, aún se pueden ver restos. Aquella actividad cotidiana dio nombre al gorg que, siglos después, sigue latiendo con la misma intensidad.
Un baño diferente
Aquí no hay chiringuitos ni ruido. Solo rocas frescas, agua clara y escaleras de madera que te acercan a un baño casi íntimo. Es el lugar perfecto para quien busca silencio y autenticidad. Las burbujas en la superficie, los reflejos del sol… todo invita a quedarse un rato más.
El latido del bosque
Cuando empiezas el camino desde Les Planes d’Hostoles, el aire se vuelve fresco y el ruido se apaga. El arroyo de Cogolls acompaña el trayecto con un murmullo suave. Caminar aquí es un acto de meditación, rodeado de vegetación de ribera: fresnos, encinas y sombras que te protegen.
La aparición mágica
El gorg se revela de repente, como si el bosque se abriera para mostrarte un secreto. El agua cae en silencio sobre un estanque de tonos turquesa. Te quedas parado, observando cómo la cascada parece nacer entre las ramas. Es uno de esos instantes que quieres retener para siempre.
Protagonista de cine
Pocos lugares pueden presumir de haber aparecido en la gran pantalla. Este sí. Películas y anuncios han aprovechado su belleza para transmitir paz, misterio o naturaleza salvaje. Pero lo que te cautiva no es lo que has visto en la tele, sino lo que ves con tus ojos, en directo.
Un paraíso protegido
Para preservarlo, el acceso está limitado a 300 personas al día durante los meses de más afluencia. Esta medida garantiza que el espacio no se degrade y que los visitantes puedan disfrutarlo en calma. Es recomendable reservar entrada si vas en fin de semana o festivo.
Un microclima que abraza
La vegetación crea una especie de cúpula natural que te protege del sol y te refresca. El olor a musgo, el rocío del agua y la luz filtrada entre las hojas crean un ambiente casi mágico. Aquí el tiempo pasa a otra velocidad.
Más allá de la cascada
Si tienes tiempo, vale la pena explorar los otros gorgs de la zona. El camino sigue entre puentes rudimentarios, hayedos escondidos y pequeños espacios donde hacer un picnic. Cada recodo oculta un nuevo escenario natural que sorprende y calma a partes iguales.
Cómo llegar
Desde Les Planes d’Hostoles, puedes dejar el coche en un aparcamiento cercano. El camino pasa por la antigua vía del Carrilet, hoy convertida en vía verde. Siguiendo las indicaciones, cruzarás el río y llegarás a unas escaleras de madera que te conducirán hasta los pies del gorg.
Pequeños consejos
Ve temprano, lleva calzado cómodo, ropa para bañarte y algo de comida. Y sobre todo, deja el lugar mejor de como lo encontraste. Este es un espacio que hay que cuidar, para que siga siendo un refugio natural para todos.
Una fotografía para llevar a casa
Cuando te marches, después del último baño y la última mirada, sabrás que has vivido una experiencia única. Te quedará grabada en la retina una imagen de agua, piedra y verde. Uno de esos lugares que no solo refrescan el cuerpo, sino que te reconcilian con la naturaleza.
