L'escapadeta
Esta es una de las calas más inaccesibles de Cataluña: mejor llegar por mar o tras una caminata de dos horas por los acantilados de la Costa Brava

Hay lugares que parecen protegidos por un pacto silencioso entre la naturaleza y el tiempo. Rincones que solo se dejan descubrir a quien acepta el reto de llegar sin prisas, con paciencia y ganas de aventura. Allí, donde el mar se funde con las rocas y el viento trae el olor a sal, se esconde un paraíso que recompensa el esfuerzo con una belleza intacta.

Un paraje que pone a prueba

No es una playa donde puedas llegar, dejar la toalla y tumbarte en diez minutos. Aquí el viaje es parte de la aventura. Desde tierra, el camino exige un par de horas de senderismo, siguiendo tramos del GR11, la ruta de largo recorrido que une el Cantábrico con el Mediterráneo. Alternativamente, puedes llegar por mar, con barco o kayak, navegando entre acantilados y calas escondidas.

Vistas de la Cala Taballera desde el camino de acceso
Vistas de la Cala Taballera desde el camino de acceso

Lo que hace especial este lugar es que no hay atajos fáciles. El esfuerzo por llegar es lo que mantiene el entorno virgen y libre de masificaciones.

El camino: mucho más que un acceso

Si comienzas desde El Port de la Selva, el sendero serpentea entre matorrales, pinares y tramos de costa escarpada. A medio camino, un desvío indica dos opciones para llegar al mismo punto: directo a la Cala Taballera o pasando por Sant Baldiri.

Recomiendo firmemente esta segunda opción. ¿La razón? Las ruinas románicas de la ermita de Sant Baldiri, con restos de la casa del cura, dependencias anexas y una torre de vigilancia circular. El lugar tiene un aura de silencio antiguo, de historias que solo el viento recuerda, y es perfecto para hacer una parada antes de afrontar el último tramo.

El premio final: la Cala Taballera

La Cala Taballera
La Cala Taballera

Cuando finalmente pisas la playa, entiendes por qué vale tanto la pena. Cala Taballera se extiende a lo largo de 135 metros, con un amplio espacio de unos 15 metros de ancho. No hay chiringuitos, ni sombrillas de alquiler, ni duchas. Solo mar, rocas y vegetación.

El suelo combina pequeños guijarros con zonas de arena, y las aguas, poco profundas, están llenas de praderas de posidonia. Esto las hace ideales para practicar snorkel y ver la vida marina en estado puro.

Es una cala nudista, aunque también la visitan quienes simplemente buscan tranquilidad. La única construcción es un pequeño refugio que se utiliza para actividades de educación ambiental.

El paisaje marítimo

Excursionista toma una fotografía en el camino a la Cala Taballera
Excursionista toma una fotografía en el camino a la Cala Taballera

La cala está rodeada por paredes rocosas que la protegen de los vientos más fuertes. Esta situación privilegiada la convierte en un punto de fondeo muy apreciado por los veleros y pequeñas embarcaciones. Ver el sol poniéndose detrás de las velas ancladas es una imagen que cuesta borrar de la memoria.

Por la noche, algunos navegantes pasan la noche allí, esperando despertar con uno de los mejores amaneceres de la Costa Brava. Muy cerca tienes el pueblo costero de Cataluña que recomienda la famosa guía de viajes Lonely Planet.

Consejos prácticos para disfrutarla

  • Lleva todo lo necesario: no hay servicios, así que lleva comida, agua y protección solar.
  • Calzado adecuado: el camino tiene tramos pedregosos e irregulares, unas buenas botas de trekking son imprescindibles.
  • Evita horas de máximo calor: si vas caminando, empieza temprano para aprovechar la frescura de la mañana.
  • Recoge la basura: es un entorno natural protegido, así que hay que dejarlo tal como lo encontraste.

Por qué vale tanto la pena

Cala Taballera no es solo un lugar para bañarse. Es una experiencia completa, que comienza en el momento en que decides ir. La caminata, las ruinas, el silencio del camino, el olor a tomillo y pino, y finalmente el azul profundo que se abre ante ti… todo suma.

Cala Taballera
Cala Taballera

Es de esos lugares que te recuerdan que la Costa Brava todavía tiene rincones vírgenes, lugares que escapan del turismo masivo y que mantienen su esencia gracias a la dificultad de acceso.

Si buscas una playa para pasar un día de comodidad, este no es tu lugar. Pero si te gusta la aventura, la naturaleza y el mar en estado puro, Cala Taballera se quedará grabada en tu memoria.

Yo llegué caminando, con mochila y agua a la espalda, y al regresar sentí que había vivido algo más que un simple día de playa. Y eso, en la Costa Brava, es un lujo que no se paga con dinero.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa