L'escapadeta
El pulmón verde y azul de la Costa Brava: naturaleza salvaje, rutas panorámicas e historia milenaria

Un paraíso donde el azul del Mediterráneo se funde con el verde de los pinos. Un castillo vigila desde la cima mientras las profundidades marinas esconden tesoros de biodiversidad. Así es el Parque Natural del Montgrí, las Islas Medas y el Bajo Ter: una joya protegida de casi 8.200 hectáreas que combina mar, montaña e historia en el corazón de la Costa Brava.

Situado en la provincia de Girona y declarado parque natural en el año 2010, este enclave único se extiende entre Torroella de Montgrí, l’Estartit y Pals. Su territorio incluye formaciones montañosas, zonas agrícolas, humedales y un valioso entorno marino, conformando un mosaico paisajístico y ecológico sin igual en Cataluña.

Un pulmón natural entre mar y montaña

El parque abarca exactamente 8.192 hectáreas, de las cuales más de 2.000 son marinas. Esta riqueza lo convierte en un espacio singular donde se abrazan los ecosistemas costeros con los interiores. En tierra, predominan los bosques de pinos, los campos de cultivo y los acantilados del macizo del Montgrí. En el mar, las Islas Medas actúan como santuarios de vida marina.

Los contrastes visuales son impactantes. Desde las alturas, se pueden contemplar llanuras fértiles que acaban bruscamente en acantilados rocosos. Desde el mar, los perfiles escarpados del Montgrí se reflejan en aguas transparentes. Un paraíso para la biodiversidad… y para los sentidos.

El tesoro oculto bajo las olas

Las Islas Medas, un pequeño archipiélago a poco más de un kilómetro de la costa, constituyen el núcleo marino protegido del parque. Esta reserva ecológica marina es considerada una de las mejores del Mediterráneo occidental por su espectacular riqueza biológica.

Bajo sus aguas se extienden jardines submarinos: praderas de posidonia, colonias de coral rojo, bancos de meros y langostas, y cuevas llenas de vida. Su protección estricta desde los años 80 ha permitido la recuperación de especies y el mantenimiento de un equilibrio ecológico extraordinario.

Buceadores de todo el mundo vienen a explorar sus fondos cristalinos, pero bajo normas estrictas de conservación. Aquí, el turismo sostenible no es una opción: es la norma.

Montgrí: roca, pino y rutas panorámicas

Dominando el paisaje, el macizo del Montgrí se alza como un imponente bloque calcáreo de más de 300 metros de altitud. Su terreno seco y pedregoso acoge un denso bosque de pinos carrascos, matorrales mediterráneos y una fauna diversa que incluye rapaces, jabalíes y reptiles.

Sus rutas de senderismo, perfectamente señalizadas, permiten adentrarse en este entorno agreste y silencioso. Caminos como el de la Muntanya Gran o el de la ermita de Santa Caterina ofrecen vistas espectaculares del mar, del archipiélago y del castillo que corona la montaña.

Para quien busca desconexión, naturaleza salvaje y panorámicas inolvidables, el Montgrí es una apuesta segura.

Castillo del Montgrí: el centinela de piedra

En la cima del macizo, se erige desde el siglo XIII el Castillo del Montgrí, una fortaleza construida por orden del rey Jaime II entre 1294 y 1301. Nunca se terminó del todo, pero sus robustas murallas y torres de vigilancia desafían aún hoy el paso del tiempo.

Su silueta cuadrangular, visible desde kilómetros, se ha convertido en símbolo del parque. Subir requiere cierto esfuerzo, pero las vistas desde arriba recompensan cada paso. Desde su terraza se contempla la llanura del Empordà, las Medas al fondo y, en días claros, hasta los Pirineos.

Más que una ruina histórica, es una atalaya emocional: un lugar donde sentir la historia bajo los pies y la naturaleza en el pecho.

@thegreatshots_ trescant cingles pel Parc Natural del Montgrí… #thegreatshots ♬ I jo pensant en quan vindràs – Pau Vallvé

Aventura y calma en cada rincón

El parque invita a todo tipo de actividades al aire libre. Los amantes del kayak encuentran rutas fascinantes por las calas del Montgrí. Los aficionados al snorkel exploran cuevas marinas y fondos rocosos. Quien prefiere la tierra puede hacer rutas a pie o en bicicleta por los campos del Bajo Ter, observar aves en las zonas húmedas o simplemente descansar en una cala solitaria.

La diversidad de paisajes permite tanto la aventura activa como el disfrute pausado. No importa si prefieres el bullicio de un chapuzón o el silencio de una caminata: aquí hay un rincón para cada alma.

El Mediterráneo explicado desde dentro

Para quien quiere entender más allá de lo que ve, el Museo del Mediterráneo, en Torroella de Montgrí, ofrece una visión integral del parque. Con exposiciones interactivas, recreaciones visuales y talleres educativos, el museo conecta el entorno natural con la cultura, la historia y la vida cotidiana de la región.

Es el lugar ideal para comenzar —o terminar— una visita al parque con una perspectiva más amplia. Porque este lugar no solo se recorre: también se aprende.

Naturaleza viva, historia presente

En tiempos donde la prisa devora paisajes y la rutina difumina la admiración, espacios como el Parque Natural del Montgrí, las Islas Medas y el Bajo Ter nos recuerdan que hay lugares donde el mar susurra leyendas, la piedra guarda memoria y cada sendero conduce a una emoción diferente.

¿Y tú, cuándo fue la última vez que escuchaste el silencio entre las olas o el crujir de la historia bajo tus pies? Comparte, comenta o lánzate a descubrir este rincón único de Girona. Porque la naturaleza, cuando se respeta, siempre tiene algo que decir.

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