En el corazón del Alt Empordà hay un pequeño pueblo medieval que te espera con calles empedradas, casitas rurales de ensueño y una calma que parece suspendida en el tiempo.
En este rincón entre montañas, ríos y bosques, cada paso cuenta una historia y cada rincón es una invitación a detenerse y respirar profundamente mientras disfrutas: es Sant Llorenç de la Muga, en la comarca del Alt Empordà, provincia de Girona, Cataluña.
Viaja al pasado y abre los sentidos
Al entrar en el casco antiguo, podemos sentir que el mundo moderno se desvanece. Las torres, los portales, las calles y las casas de piedra y las iglesias románicas parecen susurrar secretos de siglos pasados.
Es un lugar donde la historia, la naturaleza y la vida tranquila se dan la mano, y es el rincón perfecto si deseas desconectar y vivir el otoño con calma.
Más allá de sus construcciones antiguas y su historia, el pueblo nos ofrece sendas verdes, ríos que serpentean entre montañas y miradores que nos regalan vistas de ensueño.
Cada ruta es una invitación a descubrir la región con todos los sentidos abiertos, y lo tiene todo para quien busca caminatas al aire libre, disfrutar del arte y saborear la gastronomía, todo en un solo paseo.

Murallas y arte románico que nos llevan a la aventura
El recinto amurallado es uno de los atractivos de Sant Llorenç de la Muga. Fue construido entre los siglos XIV y XV y aún conserva tres portales y varias torres de defensa.
Todo allí nos evoca épocas míticas de guerreros e historias que mezclan realidad y fantasía. En el corazón del pueblo encontramos la iglesia de Sant Llorenç, de estilo imponente y románico.
Cerca está la ermita de Santa Maria del Palau, que refleja la sencillez y armonía propia del románico rural. Sus muros de piedra y el pequeño campanario parecen vigilar y proteger el valle desde hace siglos.
Historias bajo cada piedra
Este rincón del Alt Empordà no es solo belleza arquitectónica, historia y leyendas. Sant Llorenç de la Muga está lleno de historias fascinantes que se transmiten de generación en generación.
En el siglo XVIII, el pueblo acogió fraguas de hierro y plomo y fue escenario de la Batalla de Sant Llorenç de la Muga en 1794.
Hoy, algunas de estas ruinas, testigo de estos hechos, descansan bajo las aguas del pantano de Boadella, pero nos recuerdan que cada detalle nos narra un pasado que vale la pena escuchar.
Rutas verdes y senderos para los amantes de las caminatas
Rodeado de bosques, senderos, ríos y montañas, el pueblo es un paraíso si amas el senderismo y la naturaleza. En las afueras hay rutas como el Camí Natural de la Muga.
Allí, las cascadas, pozas y miradores naturales son el centro de atención, y es un paseo suave para hacer en familia.
La subida a la Torre dels Moros exige más esfuerzo, pero nos ofrece panorámicas del valle que cortan la respiración, ya que cada recodo se convierte en un mirador que nos permite sentir la historia a nuestros pies.
Asimismo, el río Muga cuenta con zonas de baño y la famosa Font Pudosa, todos elementos que añaden un toque de frescura y relax a la experiencia y son ideales para un baño en verano y para postales en otoño.
Sabores que celebran el otoño
El otoño en Sant Llorenç de la Muga también se disfruta en la mesa con su buena comida, sin pretensiones, pero que alimenta el alma.
Los restaurantes locales son potentes y ricos. En casi todos encontramos embutidos, setas de temporada, carnes a la brasa y guisos de caza.
Los platos con setas, miel y frutos secos combinados con cafés calientes y recién hechos llenan de aromas las terrazas en desayunos y meriendas.
En cada instante podemos contemplar el valle teñido de dorado y cada bocado es una celebración de la tierra, de la estación y del Alt Empordà.
Cómo llegar y aprovechar la escapada
Llegar a Sant Llorenç es sencillo. Si vienes en coche desde Girona debes tomar la N-II hacia Figueres y luego la GI-510 hasta el pueblo.
Si deseas usar o combinar tren y autobús, tienes las conexiones desde Figueres Vilafant (a solo 65 kilómetros al norte de Girona).
