A veces, solo hace falta cruzar un umbral para encontrarse transportado a una época diferente, donde el tiempo parece diluirse y la arquitectura susurra leyendas. Rodeado de naturaleza e historia, este rincón cautivador te invita a descubrir un pasado viviendo en primera persona.
El puente que te transporta
Poco a poco, aparece ante ti un puente de piedra románico, con arcos de medio punto perfectos y una torre hexagonal que parece guardar secretos. Sin saber aún dónde estás, notas que cada paso te desconecta del ruido habitual y te prepara para un viaje en el tiempo.

Una trama de calles que hablan
Cuando cruzas el puente, entras en un laberinto de calles empedradas. Las fachadas antiguas, las puertas de madera y los detalles medievales te hacen preguntarte si estás a punto de encontrar un almudí o una procesión centenaria. Y sí, parece que el presente se ha detenido.
Arquitectura con alma
Cada rincón se respira historia viva. Desde murallas hasta la iglesia de Sant Pere, pasando por numerosas torres de defensa y un castillo que ya no existe pero que deja su huella en la morfología del núcleo. La huella humana está presente en cada piedra.

La naturaleza y el río como telón de fondo
Al lado, el río Fluvià discurre pausado: un motivo para sentarse y contemplar. Si miras desde debajo del puente, verlo reflejado puede despertar la idea de que has llegado a un espacio que vive en dos mundos: el medieval y el natural conectados por un hilo invisible.
El descubrimiento del micvé
Alrededor del kilómetro y medio, se te revela un secreto: una piscina subterránea de origen judío, con escaleras que descienden hasta el río. Es el micvé más grande de Europa Occidental, descubierto por casualidad y restaurado por lo que simboliza: un legado cultural que invita a reflexionar.

Más allá del puente: la vida cotidiana medieval en Besalú
El pueblo ha sido plató para series como Westworld, Juego de Tronos o El Perfume. Pero también es un lugar vivo:
- Plaza del Prat de Sant Pere con la ermita románica y terrazas que invitan a un café tranquilo
- Barrio judío con tiendas de artesanía y un ambiente tranquilo
- Mercado de ratafía, eventos festivos y un ambiente local que preserva la identidad
Gastronomía con carácter
La cocina local te invita a saborear la Garrotxa con sentido:
- Trinxat, butifarra, embutidos artesanales
- Restauración en edificios históricos como Curia Reial o Pont Vell
- Ofrecimientos como coca escalivada o foie casero bajo vieja piedra medieval
En los alrededores hay más para explorar
A pocos minutos en coche se encuentra Besalú, pero también:
- La Zona Volcánica de la Garrotxa, ideal para hacer senderismo
- El pueblo de Castellfollit de la Roca, para vistas vertiginosas
- Baix Empordà, con pueblos medievales como Corçà, Peratallada o Pals
Recorrido sugerido para visitar Besalú
- Mañana: cruzar el puente y caminar sin prisa por el interior
- Media mañana: bajar al lecho fluvial o recorrer la Anella Verda en bici o a pie
- Comida: restaurante con ambiente histórico (Curia Reial, Pont Vell)
- Tarde: visitar el micvé, luego descubrir un rincón medieval cercano como Besalú
- Anochecer: disfrutar de un café o dulce en la calle del Puente, contemplando el puente iluminado
Consejos para disfrutarlo mejor
- Visita fuera del fin de semana veraniego: el pueblito se respira mejor
- Lleva calzado cómodo para caminar y protección solar para las terrazas
- Planifica comidas o cenas con reserva, especialmente en sábado
- Consulta la agenda local si coincides con la Fira de la Ratafía (final de noviembre)
Besalú: cuando el pasado te da la mano
Cruzar aquel puente no es solo un acto de movilidad física, sino una especie de salto en el tiempo. Es sentir el eco de los siglos mientras caminas entre piedra y río. Este pueblo te acoge y transforma, como esos lugares extraordinarios que no se esfuerzan por ser mágicos: ya lo son.