L'escapadeta
El corazón medieval de Barcelona: el Barrio Gótico, uno de los conjuntos más grandes del mundo

Este laberinto de callejuelas estrechas, plazas escondidas y piedras milenarias que han visto el paso de los años y de la historia guarda el pasado romano, el esplendor medieval y el espíritu cosmopolita que tiene la capital catalana.

Cada edificio, rincón o callejón guarda un susurro del pasado y una brisa del presente, y cada fachada parece tener algo que contar. ¡Acompáñanos hoy en esta aventura!

La Ciudad Vieja esconde un tesoro: el Barrio Gótico

Este barrio es una joya que guarda el distrito de Ciudad Vieja, donde se asienta el Barrio Gótico, que es el núcleo más antiguo de Barcelona y uno de los conjuntos medievales mejor conservados de España y de toda Europa.

Sus orígenes datan de los tiempos de Barcino, una colonia romana fundada hace más de dos mil años. Pero aún se hace presente: tramos de la muralla en la plaza de la Seu están intactos, justo frente a la majestuosa Catedral de la Santa Creu i Santa Eulàlia. Esta es, además, una joya del gótico catalán que domina todo el barrio con sus torres, gárgolas, y que le da el nombre.

Este pasado silencioso también es evidente en el punto donde se cruzaban las antiguas vías romanas del cerro de Taber, y donde hoy encontramos la plaza de Sant Jaume, que fue el epicentro político de la ciudad durante siglos.

Allí mismo y cara a cara se alzan el Ayuntamiento de Barcelona y el Palacio de la Generalitat, como una manera de decir que la historia y el poder siguen en el mismo punto desde los tiempos imperiales de la Antigua Roma.

El claustro gótico de la Catedral acoge trece ocas blancas, símbolo de la leyenda de Santa Eulàlia.

Qué ver en el Barrio Gótico

Puedes pasear por el Gótico y será como viajar sin mapa. Además, te ofrece un abanico de opciones que te hace pasar en pocos minutos del bullicio del Portal de l’Àngel al silencio místico de la plaza de Sant Felip Neri.

Esta última es una parada indispensable por ser una de las más bonitas y tristes de Barcelona. En sus paredes se pueden ver las marcas aterradoras de los disparos de la guerra civil española.

Cerca, en la plaza del Rei, hay otro lugar de interés: el Museo de Historia de Barcelona (MUHBA). Allí es posible recorrer los restos históricos subterráneos de la antigua Barcino romana. Todo está casi intacto: calles, mosaicos y bodegas conservadas bajo el suelo del palacio, como un secreto antiguo.

Otros rincones imprescindibles para conocer del Barrio Gótico son los restos del Templo de Augusto, escondidos en un patio de la calle Paradís.

Este templo es un santuario romano del siglo I a.C., construido en honor al emperador Augusto. Hoy se conservan cuatro imponentes columnas corintias que forman parte del patio del Centro Excursionista de Cataluña, testigos silenciosos del origen romano de la ciudad.

La plaza Real, con sus palmeras y los faroles diseñados por Gaudí, es otro lugar que hay que visitar, sobre todo porque ofrece muchas alternativas de restaurantes y cafés con propuestas gastronómicas muy variadas. Y, lo importante, está justo frente a la Rambla.

Puedes, igualmente, perderte sin medir el tiempo en la pequeña, pero encantadora, Judería, un laberinto de pasadizos donde, en el pasado catalán, floreció la comunidad judía de la ciudad.

Una joya modernista muy cerca del Barrio Gótico, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Una joya modernista muy cerca del Barrio Gótico, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Una explosión de sabores gastronómicos

Sin duda, en tu paseo deberás comer en el Barrio Gótico de Barcelona, y esta es una experiencia tan rica y variada como su historia.

Entre sus callejones empedrados, plazas escondidas, edificios centenarios y modernas construcciones, se esconden tabernas tradicionales, bares de tapas y restaurantes de autor.

Todos tienen algo en común, a pesar de su diversidad: reflejan la riqueza gastronómica de la ciudad. Si quieres degustar la cocina catalana, el Restaurant Agut, en la calle Gignàs, es un clásico.

No solo tiene décadas de historia, sino que es famoso por su suquet de peix, los canelones y la butifarra con judías, platos que puedes acompañar con un buen vino local o una cerveza bien fría.

Las recetas familiares tienen un sabor especial en Los Caracoles, un restaurante muy cerca de las Ramblas, con platos que conservan los mismos secretos desde 1835, en un ambiente que parece detenido en el tiempo.

La silueta de la Catedral emerge entre los callejones, recordándonos la grandeza del gótico catalán.
La silueta de la Catedral emerge entre los callejones, recordándonos la grandeza del gótico catalán.

Si buscas una propuesta más informal y moderna, tienes decenas de bodegas y bares. Un ejemplo: la Bodega Biarritz 1881, donde las tapas creativas, el vino y el vermut marcan la pauta.

Con los pintxos vascos de Ziryab podrás probar una sorprendente fusión de sabores mediterráneos y árabes, ideal para los paladares más curiosos.

Como verás, el Barrio Gótico guarda muchos secretos por descubrir…

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