En el corazón de Jaén, el nacimiento del río Segura es uno de los lugares más sorprendentes —y menos conocidos— de España.
Una experiencia visual y sensorial que invita a descubrir el origen oculto de uno de nuestros grandes ríos.
Allí, entre rocas calcáreas y vegetación salvaje, el agua surge de repente desde una cueva oscura a más de 1.300 metros de altitud.
El fenómeno natural no solo cautiva por su belleza, sino también por su fuerza geológica y simbolismo como “punto de origen”.
Un lugar donde el silencio del entorno solo es roto por el sonido del agua naciente.
Un nacimiento oculto en las entrañas de la montaña
Situado en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el nacimiento del río Segura se encuentra en un entorno remoto y sobrecogedor. A pocos kilómetros del municipio de Santiago‑Pontones (Jaén), el agua emerge desde una cueva excavada en la roca calcárea. El lugar desprende un aura casi mística.
El entorno es áspero, puro y silencioso. El acceso requiere un poco de caminata, pero el premio al final del camino es inigualable: una poza cristalina que recoge el agua que brota directamente de la montaña. No hay tuberías, ni embalses. Solo naturaleza viva.
En determinados momentos del año, especialmente después de lluvias intensas o durante el deshielo, se produce un fenómeno conocido como “el reventón”. El agua, acumulada en galerías subterráneas presurizadas, es expulsada con fuerza, creando un espectáculo sonoro y visual difícil de olvidar.
La cueva que respira agua
El punto exacto donde nace el Segura es una cueva modesta a primera vista, pero con una profundidad simbólica enorme. Desde el interior oscuro y húmedo, el agua surge sin pausa, como si la montaña respirara.
Lo que hace especial este nacimiento no es su caudal ni su fama, sino su carácter oculto y salvaje. Es un manantial que parece proteger un secreto antiguo. El contraste entre la dureza de la roca y la fluidez del agua crea una postal hipnótica.
Hay otros ríos en España que también nacen de cuevas o manantiales kársticos, pero pocos mantienen esta pureza visual. Aquí no hay intervención humana, solo piedra, musgo, líquenes y agua que corre.
Río Segura: del misterio a la vida
El Segura comienza su camino con humildad, pero pronto gana caudal y personalidad. Desde sus primeros metros, el agua da vida al ecosistema local. La vegetación se vuelve densa, los sonidos cambian, y pequeños anfibios y aves comienzan a hacer acto de presencia.
A medida que el río desciende, transforma el paisaje: nutre huertas, da frescura a los pueblos, es columna vertebral de valles enteros. Este tramo inicial no es tan conocido como las partes del río que recorren Murcia o Alicante, pero es, sin duda, el más auténtico.
El Segura es uno de los ríos más importantes del sureste peninsular. Pero su alma, su origen, late en este rincón casi secreto entre montañas.
Cómo visitar este rincón mágico
Para llegar al nacimiento del Segura hay que desplazarse hasta la zona alta de Santiago‑Pontones, en plena sierra. Hay rutas de senderismo señalizadas, pero conviene informarse previamente. No siempre es fácil el acceso, y en épocas de nieve puede complicarse.
Lo ideal es visitarlo después de lluvias o en primavera, cuando el caudal es generoso y el entorno está en plena efervescencia natural. El uso de calzado de montaña es imprescindible, ya que hay tramos con piedra suelta y humedad.
Respetar el entorno es clave. Aunque la tentación de acercarse demasiado a la cueva es grande, es importante no atravesar barreras ni alterar el ecosistema. Se trata de un lugar protegido y sensible.
El municipio ofrece alojamientos rurales y algunos paneles informativos que enriquecen la visita. Pero lo más valioso que uno se lleva no se encuentra en ningún folleto: es la emoción de ver nacer un río.
El otro gran espectáculo: el nacimiento del Río Mundo
Aunque el Segura impresiona por su misterio, el nacimiento del Río Mundo, en Riópar (Albacete), es otra maravilla de origen subterráneo que merece mención.
En este caso, el agua surge desde la Cueva de los Chorros y se precipita al vacío en una caída de más de 80 metros. Es un espectáculo más ruidoso y famoso, donde las cascadas y pozas forman un paisaje de película.
Ambos nacimientos comparten una característica singular: el fenómeno del reventón, donde el agua irrumpe con fuerza tras acumularse bajo presión. Pero mientras el Río Mundo grita, el Segura susurra. Uno es espectáculo; el otro, revelación.
Por eso, si ya has visitado el Mundo, el nacimiento del Segura te sorprenderá por su delicadeza y autenticidad. Y si no has estado en ninguno de los dos, el Segura es un magnífico comienzo para enamorarte del ciclo del agua.
Volver al origen, entre agua y piedra
Allí donde la piedra respira y el agua surge sin aviso, el ser humano recuerda su pequeñez ante la naturaleza.
¿Y tú, ya has sentido la emoción de ver nacer un río desde las entrañas de la tierra?
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