L'escapadeta
La cala salvaje de la Costa Brava que ha enamorado a National Geographic y está a solo una hora de Barcelona

En un rincón discreto de la Costa Brava se esconde una cala salvaje que ha cautivado incluso a los editores de National Geographic. Se trata de la Cala Illa Roja, situada a poco más de una hora de Barcelona. Un auténtico paraíso natural que resiste intacto al paso del tiempo y al turismo masivo.

Protegida por acantilados y con una señalización casi inexistente, esta playa es un regalo para quienes desean escapar del ruido del mundo. Aquí no hay chiringuitos ni tumbonas, solo el sonido de las olas, el rojo intenso de la roca que le da nombre y una paz difícil de encontrar.

Illa Roja: un tesoro oculto de la Costa Brava

La Cala Illa Roja pertenece al municipio de Begur, en la Costa Brava gerundense, una de las zonas más abruptas y mágicas de Cataluña. Su encanto no es solo el agua cristalina ni la arena fina: es la sensación de que estás en un lugar secreto, accesible solo para quien decide aventurarse.

Es una playa que rompe con lo convencional: aquí el lujo no es el servicio, sino la intimidad; y el espectáculo, lo regala la naturaleza.

Una belleza pura y sin artificios

Cala Illa Roja
Cala Illa Roja

Para describirla, National Geographic utilizó una imagen poética y poderosa: “como si un barco de piedra hubiera quedado encallado entre dos pequeñas bahías.”

La roca rojiza que emerge del centro divide la cala en dos partes: de un lado, pequeñas zonas íntimas; del otro, un espacio más abierto pero igualmente tranquilo. El contraste entre el azul profundo del mar, el verde mediterráneo de los alrededores y el óxido de la roca crea una paleta de colores casi hipnótica, tan sorprendente que parece pertenecer a otro rincón del mundo.

Caminar hacia lo salvaje: cómo llegar a Illa Roja

Parte del encanto de Cala Illa Roja es el camino que conduce hasta ella. No se puede acceder en coche directamente. Para llegar, hay que recorrer a pie un tramo del Camí de Ronda, un sendero que bordea la costa catalana entre acantilados y vistas panorámicas. Este tramo comienza desde la cercana playa de Sa Riera y combina escaleras de piedra, vegetación mediterránea y miradores naturales.

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Cada paso hacia la cala es un paso hacia la desconexión. El paseo, de menos de 15 minutos, se convierte en una preparación emocional: el entorno va silenciando el ruido urbano mientras el mar comienza a sentirse con más claridad.

Naturaleza sin filtros: sin bares ni hamacas

Lo que define esta cala es su estado casi virgen. No hay servicios, ni hamacas, ni música, ni vendedores ambulantes. Solo arena, roca, vegetación y mar. Esto no solo la convierte en un destino ideal para los amantes del slow travel, sino en un santuario de paz frente al ritmo frenético del verano costero.

Illa Roja
Illa Roja

Aquí no se viene a consumir, se viene a sentir. No hay wifi, pero la conexión es otra: con uno mismo, con el sonido de las olas, con el tacto de la arena y la luz natural que lo inunda todo.

Más que una cala nudista: una experiencia sensorial

Cala Illa Roja también es conocida por ser una playa habitualmente nudista, aunque no exclusivamente. Lo más importante no es la ropa, sino la sensación de libertad que se respira. Es un lugar donde los cuerpos se sienten libres y donde el respeto es la norma.

Para muchos, esta cala representa una manera de reconectar con lo esencial. No hay distracciones artificiales. Solo la naturaleza en su estado más puro.

Cala Illa Roja en cifras: distancia, acceso y entorno

  • Ubicación: Begur (Girona), Costa Brava.
  • Tiempo desde Barcelona: ~1h15 en coche por la C-31 dirección Palafrugell.
  • Acceso: Caminando desde la playa Sa Riera por el Camí de Ronda.
  • Servicios: Ninguno. No hay duchas, ni baños, ni chiringuitos.
  • Tipo de playa: Nudista, salvaje, sin vigilancia.
  • Entorno natural: Acantilados, vegetación mediterránea, aguas transparentes.

Consejo práctico: En temporada alta, el aparcamiento en Begur o Sa Riera puede llenarse pronto. Llegar antes de las 10 h es lo más recomendable para disfrutar con calma.

Una joya natural a solo un paso

En un mundo donde las playas se llenan de selfies, música alta y sombrillas de alquiler, Cala Illa Roja es un recordatorio de lo esencial. Que el mar, la roca y el silencio aún pueden ser suficientes. Que todavía quedan lugares por descubrir, donde no se compra una experiencia, se vive.

¿Y tú? ¿Te atreves a dejar el móvil, calzarte unas zapatillas y descubrir un rincón salvaje que ha enamorado al mundo? Comparte este tesoro con quien sabes que lo valorará. A veces, lo mejor está a solo una hora.

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