¿Te imaginas encontrar un refugio donde el tiempo se detiene y el ambiente te acoge con una calma casi tangible? Un espacio donde la brisa lleva el olor del bosque y carbón de una barbacoa lejana, sin prisas ni aglomeraciones.
Cuando la calma se respira
Cuando llegas, lo primero que notas es el silencio amable de los árboles y el olor a madera de los porches. Todo sigue un ritmo pausado, como si el mundo se hubiera apuntado a una pausa de mindfulness. Es imposible no entrar y notar cómo se relajan los hombros.
Un espacio con alma
Las paredes de piedra, los muebles seleccionados con cuidado y la luz cálida te hacen sentir como en casa, pero mejorada. Cada rincón está pensado: una silla cómoda aquí, una lámpara tenue allá. Es como revivir una versión casi hipster del camping de toda la vida, pero con toda la comodidad.

Una revelación pausada
No quiero estropear la sorpresa inicial de manera brusca. Piensa en un jardín que respira vida: árboles grandes, arbustos perfumados y una piscina de agua salada que parece brillar con el sol. Todo rodeado de una calma que invita a quedarse.
El gran momento: Can Miquelet
Ahora sí, hablemos abiertamente. Estás frente a Can Miquelet, el espacio personal de Paz Padilla, situado en Vilamarí y bañado por zonas como Banyoles, Figueres o Girona. Es una casa amplia que puede acoger hasta 40 personas, rodeada de naturaleza y cargada de personalidad.

Espacios que te hacen soñar
La casa principal tiene cinco dormitorios luminosos, y además un apartamento llamado Villa Cádiz, con cocina propia de toque rústico y baño privado, perfecto para grupos que buscan cierta autonomía dentro del grupo grande. Todo está pensado para sentirte como en casa y, al mismo tiempo, como invitado de un lugar único.

Ráfagas de verano en el jardín
Si te llama la atención la piscina, no estás equivocado. De agua salada, rodeada de césped e integrada con una cocina exterior y barbacoa, es el corazón social del lugar. Imagina el primer baño de la mañana, viendo cómo la luz entra entre las ramas, o la conversación lenta y compartida mientras el sol se pone.

Espacios para todos
No hay carencias. Encontrarás zona de gimnasio exterior, pistas de pádel, rocódromo y un huerto ecológico donde puedes participar en actividades sostenibles. También viven en el recinto las perritas Nela, Kila y Bruna, que hacen compañía y generan sonrisas espontáneas.
La huella personal de la anfitriona
Este proyecto refleja la sensibilidad de Paz Padilla: desde la selección de los muebles hasta el color de las paredes, todo busca transmitir calidez y autenticidad. No solo es una casa, es un lugar que te habla y te hace sentir.
La experiencia vale la pena
Es cierto que la tarifa de 900 € por noche no es para todos los bolsillos, pero piénsalo: son 40 plazas, entorno privilegiado, piscina salada, rodeada de montaña y mar cerca. Un rincón para hacer vacaciones con mayúsculas, sin tener que moverte cada día.
Recomendaciones para disfrutarlo
Llega con calma, lleva ropa cómoda, bañador y ganas de cocinar al aire libre. Recalca llevar buen calzado para explorar los alrededores y déjate llevar por los sonidos de la naturaleza y conversaciones sin prisas.
El recuerdo que te queda
De Can Miquelet te quedarás con las risas tardías, las noches bajo el cielo abierto y la sensación de que el tiempo se dilata. Será una estancia que, más que recordar, querrás revivir.
Si buscas una escapada con espacio, confort y encanto natural, Can Miquelet es un refugio que te hará replantear cómo quieres disfrutar de tus vacaciones, más allá de la playa y los modelos previsibles.