Este municipio catalán, con la brisa del Mediterráneo como testigo, no solo enamora por su tradición marinera y su rico patrimonio arquitectónico, sino también porque acoge rincones de una belleza serena e inesperada.
En este pueblo podréis maravillaros con el Parc del Llac, un verdadero jardín de cuento que, a pesar de su encanto, aún es un secreto bien guardado para muchos. ¡Acompáñanos en un viaje de aventuras, colores y sabores!
No creerás lo que esconde este enclave costero
El Masnou está ubicado estratégicamente en la comarca del Maresme, en la provincia de Barcelona, y es un pueblo costero que limita con Montgat y Premià de Mar.
Su proximidad a la capital condal, de la cual solo lo separan unos 20 minutos, lo convierte en un lugar ideal tanto para residir como para una escapada tranquila en pareja, solo o en familia.
El municipio se asienta sobre la franja costera y en las primeras elevaciones de la Cordillera Litoral. Allí disfruta de un clima típicamente mediterráneo, con inviernos suaves y veranos calurosos. Es, además, el lugar perfecto para disfrutar de las mejores playas.

El Masnou es un enclave de tamaño moderado, pero de notable densidad. Según datos de 2024, el municipio cuenta con poco más de 24.400 habitantes en una superficie de tan solo 3,44 kilómetros cuadrados.
Estos datos subrayan su carácter de núcleo urbano compacto y concurrido. Pero, con un cierto aire bucólico y con una historia profunda marcada por la pesca y la actividad naval.
Educación naval que es referente
En su interior hay una de las escuelas de náutica más importantes de la zona, como es la Escola Nàutica Masnou, la cual imparte cursos de formación profesional marítima (como Patrón Portuario o certificados de seguridad y supervivencia) y, a menudo, en colaboración con otros centros como EC&S.
También tenemos la Escola de Vela del Club Nàutic El Masnou, un club náutico con más de 50 años de historia y una escuela de vela reconocida por la Federación Catalana de Vela, centrada en la enseñanza de la vela ligera y otros deportes náuticos como el paddle-surf y el remo, entre otros.

Parc del Llac o el bello jardín neoclásico del Maresme
Dentro de este rico tapiz histórico y natural se alza imponente el Parc del Llac. Este bello enclave natural se presenta como una parada obligatoria y, al mismo tiempo, es el corazón de una experiencia de paz.
Es un jardín que ocupa aproximadamente unos 6.400 metros cuadrados. Nació concebido como un espacio de recreación para la residencia del marqués Romà Fabra i Puig, primer marqués del Masnou, a principios del siglo XX.
Su diseño fusiona la elegancia del neoclásico afrancesado de finales del siglo XIX con pinceladas y sonrisas de los estilos románticos. Todo ello le otorga una atmósfera de fantasía y cuentos infantiles.
El elemento central y más fotogénico del parque es su lago, que guarda una pequeña isla en el medio a la cual se puede acceder mediante un pintoresco puente de piedra.
Este rincón acuático está rodeado de una vegetación exuberante y crea un microclima de tranquilidad. Más allá, la inspiración romántica se manifiesta en un conjunto arquitectónico de ilusión.
Podréis pasear y hacer fotos desde el mirador elevado, desde la cueva misteriosa y la cascada nacarada de espumas blancas.
Además, hay bancos y casetas construidos con la piedra tosca tan característica de los jardines de la época.

Flora, fauna y encanto familiar
El parque es un deleite para los amantes de la naturaleza y la fotografía. No solo se caracteriza por su arquitectura paisajística, sino también por su rica biodiversidad.
La variedad cromática de las plantas (con especies autóctonas y otras más exóticas) se complementa con una fauna muy diversa.
El parque es hábitat y punto de encuentro de muchas especies de aves como la lavandera blanca, la urraca o el petirrojo. También podréis ver los patos azulones que nadan en el lago y las tortugas que habitan las fuentes.
Este maravilloso punto natural se encuentra en la zona superior del pueblo, por lo que hay vistas magníficas para disfrutarlo.
Es el espacio perfecto para planes familiares, paseos y pícnics en un entorno seguro y cargado de historia.
Playas del Mediterráneo
La oferta turística de El Masnou es amplia y variada. Por eso es aconsejable visitarlo en cualquier época del año. Tiene más de tres kilómetros de playas y no os podéis perder la Platja de l’Ocata y la Platja d’Alella.
Son las dos más populares por sus costas doradas y aguas tranquilas. El puerto deportivo es un centro de vida y ocio. Allí encontraréis muchos restaurantes con una excelente oferta gastronómica.
Iglesia y su legado arquitectónico
La Iglesia Parroquial de Sant Pere es un referente histórico y arquitectónico de El Masnou. Se comenzó a construir hacia 1760 y la obra estuvo a cargo del arquitecto Miquel Garriga i Roca.
Pero no fue hasta 1818 que el templo fue erigido como parroquia independiente de Teià y bajo Real Decreto de Fernando VII.
Debido a su desarrollo, el estilo arquitectónico predominante es el renacentista, aunque presenta una fachada principal de influencia neoclásica.
El edificio original sufrió graves daños debido a un incendio durante la guerra civil española, lo que obligó a una gran reconstrucción posterior.
De hecho, los dos cuerpos superiores no se completaron hasta la década de los años 60. Además de su valor patrimonial (está declarado Bien Cultural de Interés Local), esta iglesia alberga los restos del Beato Joan Roig y es el epicentro de la Fiesta Mayor del municipio, que se celebra en honor a su patrón, Sant Pere, cada 29 de junio.