El colectivo Indesinenter, formado por los 15 secretarios que han abandonado el Secretariado Nacional de la ANC, ha anunciado que cancela la recogida de firmas para reclamar elecciones y forzar la salida de la actual presidenta de la entidad, Dolors Feliu. Después de meses de enfrentamientos entre Feliu y su entorno con varias corrientes críticos con su gestión, el colectivo ha denunciado una vez más las trabas del Secretariado Nacional para facilitar “las herramientas y medios disponibles” para comunicarse con los socios de la ANC i pedirles su firma.
Los disidentes, que habían decidido recoger firmas a través de una página web, han justificado su decisión por la desmovilización creciente de las bases de la entidad. Según Indesinenter, la “baja participación” en la última Asamblea General de la entidad, donde solo participaron 1.142 socios –aproximadamente un 2,5% de los que tenía la entidad el 2022– es un termómetro del momento de crisis que vive la entidad. Hay que recordar que los críticos necesitaban el apoyo de como mínimo del 5% de los socios, el doble de los que participaron en la última asamblea, donde la hoja de ruta de la entidad solo recibió el apoyo de 867 miembros.
Recurso interno contra la última Asamblea General
“Manifestamos nuestra queja por todas las irregularidades y errores producidos en la reciente Asemblea General Ordinaria”, han lamentado en un comunicado en el cual denuncian la “deficiente manera de gestionar la mayoría de las enmiendas a la hoja de ruta, la dificultad en su votación y los mensajes de la organización y de algún miembro del Comité Permanente induciendo a los socios, a través de las redes sociales, a votar en contra de las enmiendas a la totalidad”. De hecho, unos veinte miembros de la ANC han presentado un recurso interno a la comisión organizadora, a la mesa y a los interventores de la Asamblea General. “Hasta ahora no hemos recibido ninguna respuesta ni justificación”.
A pesar de la renuncia a forzar elecciones, el colectivo Indesinenter considera que la ANC necesita “emprender un nuevo rumbo, con un nuevo liderazgo realmente democrático, asambleario y participativo, que sea capaz de hacer un análisis autocrítico del funcionamiento, la organización y la situación actual interna y buscar soluciones”. También reclaman que se tenga más en cuentas a las bases y sus asambleas para “relanzar la movilización hacia la confrontación con el estado”.